Para las estrellas jóvenes, las salidas estelares son la regla. Un nuevo estudio, dirigido por Luis Zapata en la Universidad Nacional Autónoma de México, explora esta extraña región.
Para llevar a cabo su estudio, el equipo utilizó la matriz submilimétrica para rastrear el movimiento del gas de monóxido de carbono en el área. Volando lejos de esta región hay tres estrellas masivas y jóvenes. Al rastrear sus caminos hacia atrás, los astrónomos habían determinado previamente que estas estrellas probablemente tenían un origen común como miembros de un sistema múltiple que, por alguna razón, se separó hace aproximadamente 500 años. Probablemente relacionado con esto, el nuevo estudio descubrió que varios dedos de gas nuevos se alejaban también con velocidades que implicaban que provenían del mismo punto de origen casi al mismo tiempo. Pero, ¿qué podría enviar estrellas y gas a toda velocidad?
Cerca, el equipo también descubrió un "núcleo caliente" de material, así como una "burbuja" de espacio vacío cerca del punto de origen del evento. Para explicar la combinación de estos tres eventos, el equipo propone que haya una interacción cercana entre las tres estrellas (o tal vez más). En ese momento, la interacción desgarró cualquier sistema binario potencial que arrojara las estrellas hacia afuera.
Como las estrellas son jóvenes y todavía están incrustadas en una nebulosa, el equipo sugiere que probablemente también contenían discos circunestelares que aún no habían formado planetas. Durante la interacción, las porciones externas que estarían unidas con menos fuerza fueron lanzadas hacia afuera, creando las proyecciones en forma de dedos. El material que estaba atado con más fuerza pero lo suficiente como para ser arrancado, "se encontraría con un exceso de energía cinética y comenzaría a expandirse" creando la burbuja aparente. Si esa burbuja, que se expandía personalmente para el medio local, encontrara una región que era demasiado densa, colisionaría, calentando la región y potencialmente formando el núcleo caliente.
Este nuevo descubrimiento presenta un potencial primero para el descubrimiento de uno o más discos circunestelares destruidos. Tales hallazgos podrían ayudar a imponer nuevas restricciones sobre cómo se forman los sistemas planetarios, ya que la mayoría de las estrellas se forman en cúmulos abiertos y asociaciones en las que tales interacciones pueden ser comunes. Sin embargo, el hecho de que tales sistemas destruidos nunca se hayan encontrado hasta ahora implica que las interacciones lo suficientemente cercanas como para causar tal interrupción son raras. De todos modos, tales cosas ayudarán a los astrónomos a formar una mejor imagen de la formación de planetas.